Saturday, May 7, 2016

4 años


4 años, 4 años en los que viví engañada.
Creí que eras el único hombre que, de verdad, me decía la verdad (nótese mi redundancia), te entregué todo, todo.
Cuando me sentía mal, te buscaba, no buscaba a nadie más. Mi tiempo era más dividido entre tú y yo, porque me preocupaba por lo nuestro: me importabas.
Cuánta falsedad en cuatro años. 4 años de pantallas, esas que no veía.

No sabes cómo y cuánto dolor creció en mí al revelar la verdad, yo misma lo hice, porque tú, tú, bueno... Tú nunca quisiste hacerlo.
Yo cogí la contraseña y empecé, no desde este año, sino desde 4 años atrás, 4 años benditos perdidos.

Cuántas personas involucradas, cuántas situaciones desagradables que me llevarán mucho tiempo borrar, lo que ves es lo que no crees. Un tipo con cara de idiota te hace esto, te apunta en lo que es de ambos, pero que al parecer solo era de uno. No tuviste ni la menor consideración, no te importaba.
Si decías que querías volver desde allá, solo para verme, era porque no habías encontrado una víctima más que se acogiera a tus preferencias.

Te vas a quedar solo, solo en el mundo, deja lo malo y empieza a cambiar.
De nada sirve tener mucha gente a tu alrededor, si esas personas no te complementan y solo se ven para llenar el vacío, mas no para compartirlo.
Encuentra a alguien que te quiera de verdad, que te ame de verdad. Porque yo te amé de verdad, pero cuando amor no es sincero por parte de los demás, entonces ya no es amor.
Solo un capricho más.

Empieza por quererte, quiérete más. Un poco más.
Repara tus errores.
No busques amor, que el amor te encuentre.
Aprende a querer, no a ser un juguete más.

No te odio, pero me causas asco.
Te perdono y al mismo tiempo te agradezco por enseñarme la realidad.

Carta de A, hacia S.

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