No era de escoger siempre lo inicuo ... pero en él su necesidad o su forma de ser me atraía bastante a tal punto que frecuentaba el lugar dónde él siempre estaba. Él llegaba a las nueve en punto a ese lugar chiquito dónde nos servían tallarines en un plato muy pequelo pero con rica sazón.
Se sentaba siempre con dos amigas y un amigo, la chica que por lo visto siempre posaba su mirada fugazmente por mi; era muy simpática. Creyendo que a él le gustaba sentía una competencia - donde a veces impecaba -, sabiendo que eso está mal.
Bruno iba en mi clase de basket pues mis padres decidieron matricularme para tener ocupado el día en algo productivo, dejando de el vicio del scrabble - que por cierto no es nada malo, pero ya me encontraba muy sedentaria- siempre creí que fue una mala idea pues cada vez que lo veía perdía el balón a la derecha ¿por qué siempre a la derecha?. algún TIK nervioso había de tener.
Bruno me veía jugar y hasta puedo imaginar que aplaudía mis lanzamientos, estos días trataré de hablar con él , era mi propuesta.
El martes dieciochos de Enero - que bien lo recuerdo-, Bruno se mudó dos cuadras me lo comentó una amiga y al no creerle fui en bicicleta a investigar. Pasé caudelosamente por dicha casa , al verlo , él me reconoció y me saludó - acercándose muy cerca de mi - , un tierno beso en la mejilla hizo que casi se caiga mi bicicleta.
Ya no estaba sola en esta ciudad, estaba Bruno, momento clave de frecuentarlo más y decirle la verdad.
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