No se trata de querer algo, sino de cuánto lo aprecias o estás agradecidx porque exista en tu vida.
Pues así como las personas llegan, también se van.
Cuando tenemos la oportunidad de reparar lo que hicimos, es cuando se debe hacer. No tenemos que esperar que pasen décadas para arreglar los errores. Lo peor es creer que todo está bien o que YO estoy bien. Porque YO siempre tengo la razón y tú, ella, o él no me importan, finjo que sí.
No vas a cambiar NADA de un día para otro y el que las personas te sonrían no significan que están de acuerdo contigo. ¡NO!
Una sonrisa significa mucho, pero también cortesía. Algunas sonrisas son involuntarias, otras provocadas.
¿Cuál sonrisa te gusta?
¿Ves la diferencia?
Entonces, si yo no deseo ser parte de ese juego tan cínico, no me lo busco, no lo busco. Las cosas se acabaron, tarde o temprano, murieron para bien o para mal, pero jamás cambiarán.
Hay que pensar y saber lo que de verdad deseamos en nuestras vidas.
El amor y la amistad son fáciles, siempre y cuando sabemos manejarlos. Y no actuamos estúpidamente, porque cuando el tiempo pase, necesitaremos de esas personas. O quizá, digamos que no, pero nunca sabemos la verdad.
Al menos, donde hubo verdad y no fue forzado, sabemos que perdonar era bueno. Olvidar también es bueno, porque nos ayuda a crecer, a NO insistir donde ya no nos desean, buscan o quieren.
Aprendamos de nosotros un poco, aprendamos del resto y SOBRE TODO aprendamos a diferenciar. Las almas solo se quieren una vez, no siempre.
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